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Al final, con nuevo horario. Hoy es martes y bueno, no cumplí con todo pero poco a poco.
El sábado en Donosti al final tranquilo y Xabi me contó algo que lo entendí el domingo de repente y me enfadó.
El caso es que yo y mi familia tenemos tendencia a «sentirnos rechazados» o al menos, no utilizar el enfrentamiento como arma para protegernos. Entonces a lo largo de mi vida, me di cuenta que la gente, lo social tiene un gran impacto en nosotros, nos pueden cambiar incluso nuestra forma de ser, sobre todo si esos estímulos exteriores son negativos.
A mi, el mayor miedo con el que la gente me podía causar rechazo, era que por mi forma de ser, no les gustase y me tratasen como alguien inferior y no como un igual.
Sobre todo, eso lo había más o menos experimentado las veces que sacaba el humor y mi creatividad, donde a veces si que sentía que me trataban como tonto, poco inteligente y débil.
Pero en principio era más un miedo que tenía ahi, que haberlo vivido. PEro al intentar tener amigos, siempre tenía dudas de mi humor, siempre lo veía como algo amenazante para mi persona.
A mi me gusta hablar y decir lo que se me ocurra, dando rienda suelta a mi imaginación, lo que siempre me ha llevado a ser tachado como un loco gracioso.
PEro ese «loco gracioso» en la calle, donde sentía yo un ambiente hostil, me lo tomaba como un posible ataque hacia mi persona.
Hasta que un día, con mis amigos, una persona que por lo que me han contado y pude verlo, está loco de verdad, pero en el sentido de que tiene muchos toques de sadismo y psicopatía, donde le gusta ver el sufrimiento ajeno de la gente. ESte tio, me empezó a llamar «loco» por todo lo que yo hacía y decía, creandome un complejo de mi forma de ser y hacendo real aquel miedo que tenía.
Todo el rato en mi cabeza resuena esa sensación de cuando me decía «tú estás loco» o las risas que generaba en mi círculo, quitandome importancia a mi y dándome ese valor de inseguridad, debilidad y ser un bufón.
Ahí empezó todo, gracias a aquella persona que estaba loca en realidad y a mi, que me gustaba hacerme el loco, me jodí la vida de esa manera, por seguir sintiendo esa sensación y autopercibiéndome a mi mismo de menos, porque siento que la gente puede decir cualquier cosa de lo que yo haga, haciéndome sentir mal por ser como soy o haga lo que haga.
11:08
He ido a pasear con el perro y el también ha aprendido a huir y no enfrentarse a las situaciones, ya que en el camino, han salido dos perros y uno de ellos le ha ladrado muy cerca de la cara al mío y este se ha escapado camino abajo, aunque yo le llamaba y no regresaba.
Y es que es eso, no somos de enfrentamientos, a mi también me ocurre algo parecido, ya que va en contra de mi forma de ser, y si peleo por mi, es como si fuera egoista y que me siento mas cerca de esa sensación de rechazo que es mi punto débil.