He pasado por muchos psicólogos y cada uno dándome un diagnostico y solución distinta. El primero de todos, una psicóloga de San Sebastián, que me dijo que «lo que te falta es más mala ostia». Y creo que es la que más cerca ha estado de dar en el clavo con lo que me pasa.
Después han pasado muchos más, uno que decía que lo que pienso y me pasaba no era real, que él tenía pacientes que sentían que le subían hormigas por el cuello y que obviamente no era real, como lo que yo pensaba.
Luego un psiquiatra de Pamplona que me recetó algún tipo de pastilla que ni me acuerdo de qué medicamento era, pero que me dejaba medio lelo y el problema seguía. Según él, lo que me pasaba es que era un problema de falta de madurez, que a algunos chavales nos pasa eso, que le damos importancia a ciertos temas que todos tenemos, pero que tarde o temprano todos pasamos de ello y a mi me estaba costando conseguir esa madurez. Para eso, toma pastillazo.
Después de nuevo en San Sebastián esta vez terapia grupal, que de lo único que me acuerdo era de un señor que acaparaba casi la totalidad de las sesiones, ya que estaba en un proceso de divorcio y que no sabía muy bien como sentirse etc, otra que solía tener preocupaciones que no sabía de qué y que de repente al tiempo, a los meses, cuando estaba haciendo una tarea simple de la casa, se daba cuenta a qué se debían esas preocupaciones y se sentía relajada. Más gente con sus problemas, que ya no me acuerdo.
Más tarde acudí a otro psicólogo en Bilbao que ni hacía factura y mi padre se medio mosqueaba por ello y de lo único que me acuerdo era que decía que tenía pacientes iguales que yo, que cuando se iban de viaje estaban bien, pero cuando volvían y al ver de nuevo «Bienvendio al País vasco» se sentían de repente deprimidos.
De nuevo a otra Psicologa de Vitoria que estuve 3-4 sesiones y no me acuerdo nada. Después estuve en mi pueblo de la sanidad pública que su solución era esperar a que se me pasara mi tontería que no era tan grave y me daba cita cada 3 meses.
Luego, otro psiquiatra de renombre de mi pueblo (Se supone) que escuchaba con desgana lo que yo le contaba y que parecía que lo único que le interesaba era acabar cuanto antes. Ese mismo me dijo que lo que tenía era grave, como una especie de úlcera que se ha hecho muy grande por no curarlo a tiempo, pero que tomando unas pastillas, se me iría cerrando. Total que esas pastillas me volvían a dejar medio grogui, con los labios hormigueados y yo sintiéndome igual.
El caso es que más tarde estuve con una psicóloga, novia de un amigo de mi hermano mayor, que en este caso fui yo su primer paciente, pero creo que es con la que más tiempo he estado y con la que creo que entendí algo más de lo que me pasa y que probablemente muchos de los miedos, traumas e inseguridades que todo el mundo tiene, probablemente sean aprendidos o heredados de nuestros antepasados. Incluso gracias a ella hice una constelación, que ya explicaré el resultado de la misma más adelante.
En fin, también dejé de ir a su consulta porque veía que había un punto en el que no avanzaba y les siguieron otros tantos, que me dicen que me fije solo en el presente, que el pasado ya no se puede hacer nada por él y que lo único que nos queda es lo que está ocurriendo ahora mismo. Y sí, claro, tienen razón, si yo siempre he pensado igual, pero el problema es que yo, el presente y lo que ocurre cuando socializo, sea lo que sea me siento como si me estuvieran torturando.
En fin, por fuera yo parezco una persona normal, social, alegre, sonriente… Muchos dicen que tengo una buena vida, ya que vivo en un lugar de lujo en la montaña, tranquilo, alejado de todo el mundo y rodeado de naturaleza sin que nadie me moleste (Y es verdad). También que no trabajo porque me aprovecho de mi madre y de su situación económica y que por eso hago lo que me da la gana con mi vida y con el mucho tiempo libre que tengo, vivo en modo fácil.
Lo que no saben es que en la gran mayoría de los casos, yo cambiaba mi vida por la de ellos sin pensármelo. Y sí, ya sé que todo el mundo tiene problemas, que todo el mundo anda estresado, etc, pero eso mismo, creo que te hace sentir vivo, el que te surjan problemas y el tener que solucionarlo.
Tampoco saben que me paso el día en la cama o durmiendo porque el simple hecho de estar consciente ya es una tortura para mi, que no siento que tengo nadie que me quiera porque yo mismo no me permito sentirme querido por nadie, que creo que pensar positivo sobre mi es un error y que solo me merezco sentirme mal. No saben que he intentado empezar a trabajar en muchos sitios y que en el 2.do día o la primera semana tener que dejar el trabajo porque «estaba pasando justo por una mala racha personal». Sí, una mala racha que me dura 20 años.
Tampoco saben que el 95% de mi tiempo lo paso solo, en soledad y que el mero hecho de pasar 15 minutos con alguien me produce una profunda incomodidad y mi mente me pide escaparme de ahi. Da igual que sea con algún amigo o algún familiar, incluso con mi madre. No saben que la soledad, aquellos que todos repudian y que hay gente que dice «uy solo, que aburrido, yo necesito gente» pues que yo en contra de mi voluntad es justo al contario, necesito estar solo.
No sé exactamente lo que me pasa, ni consigo encontrar a nadie más que sienta algo parecido. Está claro que es como un rechazo que siento yo hacia mí mismo, porque siento que el entorno es quien me rechaza y no encuentro motivos por el que deba sentirme bien, todo lo contrario, lo que me dificulta centrarme en mi vida de forma tranquila.
En resumen siento que sin yo quererlo ver así y siendo consciente de estos pensamientos negativos, veo a todo el mundo como mi posible enemigo y el hecho de que vea imposible de no poder sentirme querido ni protegido por nadie, me hace sentir extraño y mal.
Además de sentirme un total cobarde de no poder afrontarlo y luchar por mi mismo contra este miedo, hace que quiera que pase el tiempo lo más rápido posible hasta que llegue mi muerte. Lo más sencillo sería quitarme la vida, pero me siento tan raro, que ni eso me llama la atención, por lo que le dejo al tiempo esa tarea de matarme. Si alguien me preguntase, preferiría no vivir a todo lo vivido hasta ahora, sinceramente. No le deseo a nadie este tipo de males, donde tú eres el peor enemigo de ti mismo y no te puedas ver bien.