Hoy cumplo 30 años (En realidad ahora tengo 35). Un cumpleaños debería ser un día feliz y para celebrar el camino que has recorrido hasta la fecha, todo lo que has conseguido, todos los sueños que aún tienes por cumplir, metas, dificultades que ya has pasado… y por eso es tu cumpleaños, para celebrarlo rodeado con la gente que más te importa. O no, pero al menos celebrar tu día.
Sin embargo, no es ese mi caso.
Hoy, en mi 30 cumpleaños, no he tenido ganas ni de siquiera mirar el teléfono. Sé que tendré mensajes de felicitación, que la gente se acordará de mí, pero no quiero ser consciente de ello, ni de contestar a ninguna de las llamadas que me hacen.
Toda la importancia que los demás le dan a mi día y a mí mismo, yo no me la doy. Principalmente, porque no me siento importante y me sentiría raro y mal que otros sí lo hicieran.
No puedo sentir orgullo y felicidad por ser como soy, por cumplir años y por celebrar mi vida. Todo lo que tenga que ver conmigo, directamente me produce rechazo.
Por eso, prefiero que el único día del año que por no hacer nada y simplemente porque coincidió que nací ese día y que algunos sabrán o recibirán notificación de ello, pase lo más rápido posible. No me siento el protagonista de mi vida, no disfruto de mi viaje de vivir, por lo que quiero que pase todo cuanto antes y se quede olvidado para la eternidad.
Para ello, me he encerrado en mi cuarto y me he puesto a jugar a un juego en mi PC que trata de sacar de una plataforma a mi contrincante a base de golpes y así me evado de todo esto e intento pasar desapercibido. No disfruto de mi existencia, por eso quiero que pase el tiempo. Además las victorias que consigo en el juego, al menos me dan un pequeño placer instantáneo que es mejor que nada. Pero sé que este no es el camino.
Por eso mismo, no quiero que pase el tiempo de esta manera, porque sé que estoy malgastando mi vida y que no es eso lo que quiero. Pero contradictoriamente si siento que es lo único a lo que aspiro. Todo es raro.
No creo en dios ni en poderes divinos, ni en la causalidad, ni en el karma. Más bien creo en la casualidad y en la creencia abstracta que uno mismo tiene de cada uno. Hay una teoría que una psicóloga me dijo y que me gusta:
«Esta vida, es como un videojuego con distintos niveles. El nivel actual sería nuestra vida de ahora y sirve como prueba para superar los miedos y cosas pendientes que tenemos, que nos pueden incomodar y molestar y que necesitamos superar para pasar a la siguiente fase, donde estaríamos más cerca de llegar al paraíso»
Yo de momento no he logrado derrotar a mis miedos, por lo que me tocará repetir nivel en mi próxima vida.
Hoy, en mi 30 cumpleaños, estoy solo y aislado, porque así lo prefiero, aunque no lo deseo. Todo el mundo sintiéndose solo y deseando hablar con alguien, yo voy y la busco a propósito. En fin. Aunque supongo que lo mío también es una especie de sentimiento de soledad. La soledad por no sentirme importante.
Lamentablemente, he perdido la fe en mí mismo, porque he perdido la fe en la gente. Todo lo que nos rodea, gente con la que me he llevado genial, gente que me ha marcado, que me ha hecho llorar de alegría, de pena, gente que me cae bien, amigos, familiares… no hay nadie hoy en día con el que me gustaría estar. En parte porque no me veo como una pieza que pueda encajar en ningún lado, ya que siento que la naturaleza de las personas me puede hacer sentir mal. Es complicado.
Por el contrario, soy un ser muy social, necesito la presencia, el contacto y el apoyo de los demás para sentirme bien. Ni yo ni nadie nos bastamos por nosotros mismos, necesitamos a los demás, porque necesitamos compartir nuestra vida, sentirnos importantes para alguien y que alguien lo sea para nosotros. Pero esa es mi paradoja.
Por eso y antes de sufrir y pasarlo mal, prefiero ser invisible y no existir, porque no soporto la idea de verme a disgusto cuando estoy con gente.
Entiendo que parezca una tontería y que eso se me vaya quitando cuanto más salga y conozca a gente. Créeme que no. Y te lo digo porque en mi preadolescencia era como yo quería ser y estaba muy a gusto con la gente. Ahora, soy incapaz con incluso esa misma gente, estar mínimamente relajado. Y llevo así 20 años.
No es cosa de que «todo el mundo tiene sus cosas» o estar un día, una semana o incluso un mes malo. Todos pasamos una mala racha, ya que la vida son altibajos siempre. Lo que ya saltan las alarmas es el estar las 24h del año amargado porque sabes que no puedes estar acompañado por nadie.
¿Psicólogos? Ya he probado, unos 10 más o menos diferentes e incluso psiquiatras con medicación. El resultado es que no he variado en mis ideas, forma de pensar y de sentir y sigo igual, aunque sí me han podido servir como parche, al desahogarme alguna vez con psicólogos cognitivos conductuales.
Como todo tiene un porqué, os intentaré contar el desarrollo de lo que me ha pasado y se pueda entender que esto tiene mucha más miga de la que parece.
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