Hasta el momento, todo iba viento en popa en mi vida, me iba bien, con una filosofía de vida que me gustaba y me hacia crecer. Con esto, llegamos al fin de curso, donde yo tenía muchas ganas de pasar ya al bachillerato ya que se veía totalmente diferente y ya seríamos todos unos hombrecitos y mujercitas.
Fin del curso
Estamos ya con los exámenes finales que eran necesarios aprobar para pasar al Bachillerato. Las condiciones eran simples: se podía pasar con 2 suspensos máximos, con 3 te ibas al hoyo y repetías ese curso. Todos tuvimos una reunión con la profesora antes de hacer los exámenes para ver la situación de cada uno y esta era la de los círculo de los cinco:
- Ozu iba muy bien, iba sin problemas y creo que tenía que recuperar solamente una, por lo que tenía el pase a bachillerato al 100%
- Luego yo, con 3 asignaturas, que eran inglés, matemáticas y euskera. Aprobando una de ellas pasaba sin problemas.
Y después estaban los otros 3 con una previsión bastante mala.
- Mure tenía como 5 asignaturas para recuperar y le cayó una buena bronca de la profesora de qué o espabilaba o se quedaba un año más en cuarto de la ESO. Estaba jodido.
- Los otros dos, Alien iba con un carro lleno de suspensos a recuperar, unos 6 o 7 y oveja por su parte estaba en la peor situación con 9 suspensos, estando ya casi sentenciado y era casi seguro de que oveja repetiría curso.
Así que el círculo se veía en peligro de no continuar juntos el año que viene.
Y llegó la hora de hacer los exámenes finales de recuperación. Las sensaciones eran contrarias. Yo no había hecho bien en el examen de inglés y matemáticas, pero el de Euskera lo había bordado, incluso me permití el lujo de chivar a otro compañero de clase bastantes respuestas. Estaba confiado.
Mure estaba muy nervioso y disgustado, había hecho varias mal y ya se temía lo peor. Oveja no estudió apenas, ya tenía claro que se quedaba un año más, por lo que no fue un palo para él y ni siquiera se esforzó. Alíen también pensaba que de los 6 o 7 más de 2 iba a suspender, por lo que también se veía repitiendo y se puso bastante disgustado, nosotros le animábamos.
Todos hacíamos conjeturas y pensábamos que quizás solo con oveja repitiendo ya sería suficiente para salvarnos al resto, intuíamos quién más de clase podía repetir ya que había bastantes papeletas de otros compañeros para repetir. Si nuestros cálculos salían bien, tanto Mure como Alien se libraban de repetir curso.
Tocaba la hora de comunicarnos el resultado final. La profesora nos reunió a los alumnos en el patio y nos iba llamando de uno en uno para que fueramos al banco para comunicarnos nuestro resultado, de si cuántas habíamos recuperado y lo más importante: Si habíamos pasado de curso o no.
Los demás alumnos observábamos desde lejos al alumno que estaba teniendo aquella entrevista con la profesora. Llegó el turno de Alien. Nervioso como él mismo, se temía lo peor. Le veíamos una cara muy roja, propio de él en situaciones incómodas, pero a medida que iba pasando la conversación, veíamos en su cara una cierta felicidad y relajación. Luego se acercó donde nosotros y efectivamente había aprobado y pasado!! Bien!!!! Justo-justo pero con 2 asignaturas estaba en Bachillerato el siguiente curso. Una pequeña sorpresa la verdad, positiva en este caso.
Por otro lado, Oveja no había tenido tanta suerte y pasó lo que sabíamos. No levantó todas las asignaturas que le quedaban pendiente y el siguiente año repetiría el curso.
Turno de Mure. Tenía 5 pendientes y necesitaba aprobar 3. Era difícil, pero no imposible. No sabíamos lo que iba a pasar. Se puso a hablar con la profesora y en una de estas nos mira y nos hace el gesto de pulgar hacia arriba. Joder, había pasado!! La leche, las cosas no podían salir mejor, gran parte íbamos a estar en bachillerato juntos el año que viene!
Llega mi turno. Todos diciendo que estuviera tranquilo que había aprobado y que había pasado seguro. Yo también lo sabía, pero siempre tienes ese nerviosismo de escuchar los resultados. Llego donde la profesora y me dice “siéntate” toda seria y le costaba expresar sus primeras palabras.
Bien…HABÍA SUSPENDIDO LAS 3 asignaturas de las que me examiné. ¿Qué cojones? De 3 que tenía para recuperar no había recuperado ninguna? ¿voy a repetir? ¿Pero qué me estás contando? Ella era la profe de inglés y me dijo que me había suspendido con un 4 y que si ella hubiera sabido que también iba a suspender las otras dos, me hubiera aprobado la de inglés con un cinco para que no repitiera… Esto me lo decía casi llorando, ni ella se lo esperaba (O esto o tuvieron que «sacrificarme» para llenar el cupo de repetidores).
Llego donde el círculo y donde mi clase y todos pensaban que estaba bromeando… Todos alucinando, echándose las manos a la boca, extrañados… Incluso el compañero al que le había chivado más de la mitad del examen de Esukera no se lo creía, porque gracias a mí, el aprobó el mismo examen y asignatura ya le extrañaba mucho que él hubiera aprobado y yo no. Directamente fui a revisar dicho examen, pero la profesora de euskera me lo enseñó así por encima sin entrar en detalles de los fallos (apenas me dio tiempo a verlo) y ale, diciendo que estaba suspendido y a casita. No supe que hacer o decir.
Fue un golpe bajo e inesperado… llego a casa y se lo cuento a mis padres… yo diciendo que jamás iba a volver al colegio, que eso era tan humillante que no era capaz de volver a la escuela por repetir, no, no, no, a tomar por culo todo. Me la habían jugado. Mis padres tampoco entendían como había ocurrido aquello, ya que antes de hacer los exámenes de recuperación les habían dicho que mi situación no era mala, que tenía todo para pasar y no se preocuparon tanto por mi, algo había fallado.
Fuimos para la escuela a hablar con la profesora de todo esto. Nos reunimos y mi profesora pidiendo miles de disculpas, que en parte era su responsabilidad ya que tenían que haber avisado a mis padres de la situación, que nadie se esperaba eso, que sí, que tenían que haberme puesto las pilas para evitar lo que había ocurrido… y que había intentado cambiar las notas, pero que ya estaban de camino al gobierno o no se qué historias y que no se podía hacer nada. Todo esto me lo decía de nuevo medio llorando. Mi padre aceptó, al no poder hacer nada que estuviera en sus manos, aceptó mi destino del año que viene repetir curso.
Yo seguía en las mismas, que no iba a volver el año que viene ni nunca y que adiós. Mi profesora y mi padre convenciéndome de que eso era una decisión radical y en caliente, que me calmase, que tampoco era para tanto… pero sí… era para eso y más.
Devastado, Hundido. No me lo creía ni yo ni nadie. Pero bueno, pasé aquel verano como pude, me calmé y el año que viene regresé.
En la actualidad a veces mis amigos y yo hablamos de este tema y todos coinciden de que fue una jugarreta muy sucia por parte de la escuela. Incluso ahora, que un amigo es profesor dice que los que repiten, no son los que más lo merecen, sino los que menos problemas pueden ocasionar al repetir. Es decir, los peores estudiantes, los que parece que no tienen tanta solución o crean ambientes poco favorables para el poder llevar la clase de una forma correcta, o a aquellos que incomodan a los profesores, protestan… de alguna manera los hacen pasar de curso para deshacerse de ellos lo antes posible, porque nadie quiere tenerlos un año más ni con ellos ni con la escuela. Además, hay un cupo de repetidores que tienen que cubrir cada año por tema de estadísticas (O antes al menos) y claro, hacen repetir a los que más les conviene, sin ser para nada justos, lo que creo que pasó en mi situación.
No era para nada justo todo lo que había ocurrido y yo, tonto de mi, a pagar los platos. En los cálculos que hicimos estaba clarísimo los que por rendimiento tenían que repetir ese año. Pues aquellos no lo hicieron, y yo que no era tan buen estudiante, pero tampoco de los peores, repetí.
Entonces me pregunto que al margen de los resultados de los exámenes de recuperación de cada uno, si los profesores ya sabían de antemano quién iban a repetir y quién no. ¿Es cierto que evitan tener un año más en la escuela a los peores estudiantes porque tocan los huevos a la clase y repiten a gente como yo que somos más tranquilos y llevaderos? ¿Somos todos iguales en ese sentido? No lo sé.
Pero bueno, el pasado es pasado y por él nada hay que hacer, como dice la canción de eskorbuto.
Comienza el nuevo curso
Finalmente acabó el verano y más o menos me hice a la idea de lo que venía este año, que no sería bachillerato, sino que repetía cuarto de secundaria, con chavales de un año menor que yo y que no conocía. Al menos estaba con Oveja. A otros también conocía gracias al equipo de fútbol en el que estaba, por lo que todo no era tan malo… ¿o si?
Mi Némesis
En la nueva clase, aparte de Oveja había otro conocido mío: Payas, que era el portero de mi equipo y amigo de muchos años, que había repetido muchos años antes que yo y que ahora coincidíamos en la misma clase.
Payas y yo de pequeño teníamos muy buena relación, incluso había venido más de una vez a mi casa y yo a la suya a pasar el rato. Fuimos bastante amigos, pero ya hacía tiempo de eso.
Yo ya sabía que Payas tenía un humor bastante infantil y limitado, en el sentido que no entendía las ironías bien y queda mal decirlo, pero era poco inteligente. Creo que por ello, alguna vez que yo hacia humor, él al no entenderlo del todo bien, se reía de mi y no de lo que había dicho y eso me hacía sentir mal, ya que era su arma de defenderse al no entender los chistes, el reírse de mi.
Quizás no lo hacía con malicia, pero al sentir que él se riera de mi cuando yo decía algo, de yo haberle dado ese privilegio de que me hiciera sentirme incómodo y de que ese año coincidieramos en la misma clase, no lo veía con mucha ilusión.
Además, tenía miedo de que eso se contagiase al resto de compañeros que no conozco y ya me veía que no sería capaz de hacer frente a esa situación, por lo que predecía que podía pasar un año no tan agradable. No quería esa etiqueta de tío que dice cosas sin sentido y hace chistes raros. Por eso pensaba que el hecho de que Payas estuviera en mi clase, podría ser mi némesis.
Pero el curso empezó y… todo fue bien. Mis temores pronto desaparecieron. Al fin y al cabo estábamos muchos en clase y Payas no tuvo esa actitud que me temía. Además en muchas ocasiones se le reían a él, sobre todo por eso, porque el chico no era tan inteligente y le tomaban el pelo por su poca capacidad intelectual que mostraba en algunas ocasiones, dejándome a mi en paz en ese sentido.
Por lo que estaba recibiendo un poco de su propia medicina, de lo mismo que me intentó humillar a mi en el episodio de las ruedas pinchadas hace unos años.
Entonces yo tuve la suficiente libertad de mostrarme como quería y estuve ese año como pez en el agua, hablando y riendo con todos, haciendo grandes amigos, estando con Oveja, con el propio Payas y otra gente, siendo un muy buen año la verdad.
La Morena
El año escolar iba bien, conociendo a más gente, sacando mejores notas porque había estudiado lo mismo el año pasado… la verdad es que el repetir curso, que pensaba que era lo peor que me había pasado… oye al final no estaba tan mal.
El hecho es que pasaron dos meses y estábamos en clase hablando los alumnos entre nosotros mientras la profesora dejaba tiempo libre para hacer algunos ejercicios y eso se convertía un poco en en gallinero. Oveja y yo estábamos sentados lo más alejado posible de la puerta de donde se entraba a clase, teniendo pare y ventana encima a nuestro lado. A menudo apoyábamos la espalda en dicha pared y teníamos una visión de 180 grados de la clase para poder ver qué pasaba en todo momento y poder hablar mejor entre nosotros.
El caso es que en una ocasión, la puerta estaba abierta de par en par, para que se refrescara la clase y yo estaba hablando con Oveja y observando hacia el lado donde estaba la puerta. De repente llega una estudiante de otra clase a la nuestra, quedándose fuera de la puerta, pero pudiéndola yo ver perfectamente y le llamó a nuestra profesora para pedirle algo.
Era una chica morena muy guapa. Parecía pocahontas de carne y hueso, de estatura normal, con una trencita en el pelo y de piel y pelo morena. Desde el primer momento que la vi hablando con mi profesora, me atrajo profundamente. Oveja se dió cuenta y me dijo…
“Oye que es ese charco que hay debajo de ti”
Y yo extrañado le respondo:
“Que dices, que charco?”
a lo que él respondió:
“Joder, más descarado no puedes ser… viene una chica y tu ahí como tonto mirándola jaja disimula un poco!”
Y le digo que sí, que es verdad, que era superguapa… y me dice Oveja que bueno, no estaba mal. ¿No estaba mal? En serio? Joder pero tú has visto su piel, pelo y su cara angelical y su belleza?

Era muy muy guapa (y lo sigue siendo) y lo extraño es que indagando un poco sobre quién era esa chica, descubrí que no tenía novio ni tampoco ningún pretendiente que fuera detrás de ella. ¿En serio? No me lo creo.
Lo bueno de todo es que no era tan desconocida ya qu ra amiga de la novia de Ozu, con la cual me llevaba bien.
Ahora ya tenía a mi nueva musa y el sueño de poder tener algo con ella. Siempre que acudía a la escuela era muy difícil que no pusiera el radar de poderla ubicar, para tener la oportunidad de simplemente observarla, sin que se diera cuenta, por su puesto.
Me fijaba en la morena y parecía que iba mucho a su rollo y no veía que se relacionaba con otros chicos. Bueno en realidad solo se relacionaba con 2 chicos. Uno que era su mejor amigo (que era gay) y otro que era de mi antigua y primera pandilla extinta, pero que era más parado que un semáforo en rojo. La verdad, antes este chico no era así, era un graciosete y un cachondo, nos llevábamos muy bien porque era un terremoto, pero no sé que habría pasado en su vida, que en ese momento era un soso sin sangre, y parecía que no se enteraba de nada. Sospecho que algo le tuvo que pasarle para cambiar tanto de personalidad y a día de hoy lo sigo pensando, porque ese cambio de actitud y esa sangre de horchata no eran propios de él, la verdad. No al menos para mi, que le había conocido desde pequeño.
Este último chico no sé qué intenciones tendría con morena, pero parecía que no se gustaban ni de lejos. Por lo que en principio tenía toda la vía libre para mi conquista a Morena. Yo seguía siendo un poco vergonzoso con las chicas pero más espabilado después de lo que pasó con Amazonas, aunque no tuviera ninguna experiencia de novias ni de tratar con chicas.
No me acuerdo como pero de alguna manera le dejé caer a la novia de Ozu que me gustaba y que ella me ayudaría en lo que pudiera a primeramente, conocer a Morena. Yo en mi cabeza me imaginaba la escena de Ozu, su novia, yo y morena cenando juntos en plan parejita en algún restaurante, contándonos nuestras cosas y en plan romántico. ¡Esa escena molaba! ¡Ojalá se hiciera realidad algún día!
Un día la novia de Ozu me presentó a Morena y sus amigas (para que haya disimulo de que no era solo por conocer a Morena hombre) y desde ahí, Morena y yo ya nos empezábamos a saludar cuando nos cruzábamos. Algo es algo.
Y casualidades de la vida, en el segundo trimestre en la asignaruta de religión, donde nos mezclaban varias clase y eramos como unos 28, la profesora hizo parejas para realizar un trabajo y casualmente me tocó con Morena!! Os lo juro por mi vida que ese deseo se hizo realidad y no tenía ninguna esperanza en ello la verdad. Un trabajo, ella y yo sólos para hacerlo, juntos, uno al lado del otro, hablando de lo que quisiéramos…
Recuerdo que esa clase eran los viernes, una mañana entera y yo siempre estaba esperando ese momento para compartir clase y trabajo con Morena. Me daba igual por lo del fin de semana, lo mejor era que compartía unas horas en clase con la chica que me gustaba.
Ahí ya aproveche de una vez para acercarme más y empezar a tener un trato más personal con ella. Pero no daba mucho juego, parecía que no tenía una actitud tan extrovertida o abierta para contarme sobre ella misma. Era amable conmigo,nos reíamos y hubo conexión, pero sin querer abrirse demasiado.
La novia de Ozu me decía que era así incluso con sus amigas, además de que le preguntó a Morena que qué le parecía yo y le dijo que un chico majo y poco más, por lo que no sabía cómo tomarme eso.
¿Un nuevo local?
Al mismo tiempo que me iba bien en la escuela, conociendo a Morena y con mi autoestima alta, de vez en cuando solía ver a la gente que ya estaba en bachillerato (y yo no). En una de estas me encontré con Mure, que me seguía teniendo aprecio y echando mucho de menos. Entonces me propuso algo:
“Hey, Ander que tal andas? Tú, una cosa, con los que salgo he empezado a salir con unos conocidos que tenía y ahora hemos alquilado un local. Bueno, alquilado no, es del tío de un amigo, por lo que no pagamos nada y es super grande! Y oye, por qué no vienes un día con nosotros y te presento a la gente? Me refiero con mis amigos. Como no andas con nadie fuera de la escuela, puedes venir cuando quieras, estamos siempre ahí metidos y tenemos videojuegos, tele, música… Además son majos los chavales, seguro que les caes bien y eres bienvenido. Si quieres vamos juntos y así te los presento”
Total, que yo pensé en su oferta y aunque el miedo al fracaso de salir a la calle y no sentirme cómodo era aun palpable en mi, eso no era totalmente “salir a la calle”. Era ir a un sitio donde se juntaba siempre la misma gente, hacían sus cosas y estaban alejados del ambiente de la calle como tal, teniendo su propio ambiente “privado”.
Además, ese año estaba siendo bueno para mí, crecí como persona y mi seguridad era bastante grande, por lo que con ganas de luchar contra aquellos miedos que no tenían ningún sentido, y teniendo en cuenta de que ya estaba bastante confiado, avisé a Mure para decirle que sí, que iríamos juntos a ese local el fin de semana. Total, los miedos son miedos y no se irán si no los combates. Además iba con Mure con el que tenía gran relación y confianza, asique no había problemas. Y ahí fuimos los dos.
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