El Yoismo

El Yoismo

Ya había empezado la maquinaria de ver en cada acto que hacemos todos la parte beneficiosa para cada uno, el pensar en el “sí, pero solo le importa él mismo” y en entender, que el mundo se movía de esa manera. Era una maquinaría peligrosa y lo sigue siendo a día de hoy.

Ese dolor, ese que la gente me haga sentir mal, lo justifiqué con algo tán básico y natural como el egoismo que todos tenemos dentro, por lo que ahora podía sentir esa sensación de rechazo o de no querer en cada una de las personas que observaba.

Ya no podía sentir, de golpe y porrazo, ningún sentimiento de amistad, de cordialidad, de intimidad, de nada hacia mi, y lo que antes era muy beneficioso para mí, así como sentir que tienes buenas compañías, ahora las veía como “falsas” y que había estado viviendo en un pensamiento que no era verdad, porque en el fondo, yo no importo nada y hay dolor.

Y no es que vaya desencaminado. A ti, querido lector, el que más te importas eres tú. No por otra cosa, sino porque eres tú el único que puedes sentirte bien, el único que te conoces y el único por el quién realmente puedes hacer algo beneficioso sin fallar en el intento. Y eso está bien, admiro ese egoísmo en forma de autoexigencia y lucha, como lo tenía mi padre, que luchaba por lo que él creía sin ser un extremista.

El problema, en este caso, es que este pensamiento tan natural, venía para justificar aquella pregunta de «¿Por qué la gente me causa dolor? ¿Por qué «abusamos» unos de otros? ¿Cómo se justifica el maltrato entre la gente? ¿Por qué no puedo hacer frente a estas situaciones?», así que ese egoísmo justificaba todo. Ese fue mi gran error. El retroalimentar, esa sensación mala hacia mí mismo, por el supuesto egoísmo de las personas.

¿Se entiende la filosofía? Pues así fue y así me ha dejado hoy esas ideas. Estancado en querer ser yo mismo y en sentirme medianamente sociable con los demás.

Modo Zombie

Llegó el año que empezaba bachiller y yo estaba ultra raro. No socializaba como me gustaba, no estaba a gusto con nadie y solo pensaba en el tiempo de llegar a casa y estar solo. Me acuerdo empezar a ver en aquella época la serie de Naruto, que justo habla de un niño que está solo, pero que poco a poco se va haciendo amigo de la gente. Pero yo eso no lo podía ver así y en muchos episodios, yo estaba como ido, me costaba concentrarme y no me enteraba de lo que acababa de ver.

Cuesta entender, pero ya no tenía mi mente en piloto automático, ni le dejaba improvisar a corde lo que pasaba a mi alrededor, ya era ese pensamiento de «todos piensan en sí mismos» y me hacía sentir mal. Además, el buen humor me hacía sentir humillado en mi mente, tal como sentí en aquel local. Ya no me reía. El pasármelo bien, significaba que estaba siendo yo, por eso era indirectamente sentirme muy mal a los segundos. Por eso estaba en modo zombie todo el día.

Me empezó a doler o sentir una pequeña molestia en la parte izquierda de la sien, no sé si ahí tendremos algún lugar para recuerdos malos o qué, pero ahí se desarrollaban los pensamientos que a mí me hacían sentir mal.

Veía a gente en la escuela, grupitos donde charlaban los amigos, se reían, se veían cómodos… y yo ya eso no podía conseguirlo. Envidiaba aquella sensación, donde antes de todos estos pensamientos lo podía hacer y era una de las mejores sensaciones para mi. Entonces me imaginaba ir donde ellos y estar como en su grupo, pero entonces me venía la idea de que cada uno pensaba en sí mismo y en que me decían «me das igual tú» indirectamente, sintiendo ese rechazo. Además de que mi cualidad era el buen humor y eso ya no lo tenía porque me hacía sentirme como un «loco» y todo lo que conllevaba aquello.

Eso es otra. Todavía hoy día, el que me digan «loco» depende cómo me pille, me puede hacer volver a sentirme bastante más y humillado de alguna forma. Hasta hace un par de años, tenía realmente pánico a esa palabra y a sus derivados como «personaje» etc.

Era automáticamente sentirme mal por ser yo mismo. ¿Alguna vez habéis tenido crisis de personalidad o existencial? Pues supongo que será muy parecido.

Esa sensación de que antes estábamos todos juntos, de que tengo una personalidad excepcional y que me gustaba como era conmigo y con los demás y hacerlos, en la medida de lo posible, un poco más felices, pasó a ser una quimera, pues ya no podía sentir que en el fondo era alguien, no me siento poderoso ni seguro se ser yo mismo por el tema de las humillaciones, no me siento único ni me siento bien conmigo mismo.

Físicamente también empezó a pasarme factura el estar con estas sensaciones angustiosas las 24 horas. Estos eran:

Molestias en la sien izquierda

Es el efecto que más rápido noto cuando hay un evento social importante y no estoy bien.

Dicen que en la parte izquierda está el lado del razonamiento de un ser humano y toda la tralla que le he metido razonando y pensando esas ideas negativas y que aún perduran, pues eso al final se convierte en algo físico como ya he explicado.

Es como me hubieran pegado un balonazo en esa parte o que por pensar tanto mal al final eso lo tengo “dolorido” sólo que no es un dolor extremo, es una pequeña molestia aguantable.

Muchas veces, en algún momento de mucha tensión que haya pasado y que mi malestar haya estado en aumento, la sien está muy activa, notando que aquello lo tengo muy molesto y que tengo mucha presión en esa parte izquierda. Por eso a veces me duermo pegado esa parte izquierda en el colchón y es como si fuera mi anestesia que me hace dormir de una manera diferente y puedo tirarme 12 horas seguidas durmiendo en esa postura.

No sé que tendremos ahí, si la caja de los traumas y recuerdos, los sentimientos y la conciencia… Solo sé que ocurre cuando «me siento mal» o pienso negativo (casi siempre).

Alguna vez me han hecho alguna prueba por si aquello de verdad tenía algo, pero parece que todo está normal, así que perfecto.

El piel seca

Otros de los efectos que ha salido de ahí al tiempo fue la sequedad en la piel. Mucha. Al estar en un estado que no es el idóneo, mi piel reacciona poniéndose nerviosa, acalorada y reaccionando a secárse mi piel como una serpiente.

No es que tenga la piel seca de por sí, como piensa mucha gente y que me recomienda cremas para ello cuando me ve, al contrario, tengo una piel bastante suave, pero en los momentos más tensos o incomodos en los que me encuentro, es imposible evitar que mi piel se seque y como esto suele pasarme en muchas ocasiones, pues parece que tengo la piel seca de costumbre, pero no es así.

Mi hermano mediano por ejemplo, si que se le seca y le salen sarpullidos en la cara y creo que es también por estrés o por algún momento de nervios que haya pasado, pero el lo tiene más normalizado que yo.

Ojos brillantes y perdida de equilibrio

También se me ponen los ojos muy brillantes, imipidiéndme ver con claridad. Es como si no enfocara bien y me cuesta mirar de frente a la gente o a las cosas en las que intento fijarme.

También al no estar tranquilo, noto como que soy más patoso o como que tengo poco equilibrio, incluso al andar, no coordino bien y no lo hago de forma natural. Como si tu ahora pensaras en la manera que andas al andar, en las posiciones de tus pies y de las manos y seguro que lo haces de una forma rara. O al igual que cuando conduces que lo haces de forma automática, pero si empiezas a pensar «esto es el pedal del freno o del embrague?» y ahí ya ves todo más raro y te entra la duda. Pues algo parecido pero con mi equilibrio.

Cansancio

Estoy como cansado y tengo ganas de dormir pero no me siento descansado aunque duerma todas las horas del dia. La mente trabaja siempre y el tener algo negativo a cada rato, no me deja en paz ni descansar.

También si hago un poco de ejercicio físico, como correr, me canso mucho debido a lo nervioso que estoy. Cuando estoy tranquilo puedo correr un montón y aguantar fácil, pero si estoy en modo zombie, con la negatividad más activa de lo normal, me canso demasiado, porque mi corazón ya va rápido sin haber hecho nada, solo con esa sensación.

El disgusto en el estómago

Se trata de sentir constantemente el estómago como si tuviera un disgusto enorme que no me dejaba tranquilo y que no me lo puedo quitar. Cuando te dicen una mala noticia o algo malo ha pasado y te afecta? Pues lo mismo.

Y antes era mucho más activo esta sensación y pensaba que de verdad, aquella sensación tan prolongada me iba a traer enfermedades graves como cáncer de estómago o algo, ya que sentir mi estómago tan mal durante mucho tiempo pensaba que me iba a pasar factura pronto… por suerte más de una vez me he examinado y todo va perfecto.

Después de esa sensación de disgusto en el estómago pasó a de repente entrarme ganas de cagar en cualquier momento y de repente, entrándome sudores fríos y pensando alguna vez que me cagaba, pero por suerte nunca pasó. Luego también en comer sin parar por las ansias… pero normalmente en los momentos tensos más negativos y al socializar, sentía esa sensación de disgusto.

Rostro más triste

Parece que ante la mirada de los demás mi rostro sigue siendo el mismo, pero en realidad si que estoy más guapo o con cara de más triste depende cómo esté de mis ideas. Si me miro al espejo, veo sobre todo que mis ojos están como con los párpados más caídos en los momentos en los que lo estoy pasando mal, comos si estuviera más triste, con los ojos apenados y por supuesto me veo más feo .

Yo conozco mi rostro y hay una diferencia abismal cuando tengo el rostro triste y cuando tengo confianza y me siento bien conmigo mismo, esque ni comparación. Además, que el rostro dicen que es el espejo del alma y es verdad, se puede reflejar el estado de cada uno con los rasgos faciales, en mi caso, en los ojos.

Quién diría que la autoconfianza y seguridad tuviera efecto en la belleza física de las personas.

Me muerdo el labio

Me suelo morder el labio, sobre todo la parte inferior izquierda, como si de un gesto sexy se tratase? Pues igual, solo que en este caso es a causa del nerviosismo o de los sentimientos no tan agradables que empiezan a aflorar en mi a la hora de estar con gente.

Es uno de mis primeros síntomas antes de pasar al modo Zombi total. Ya en el primer año de bachillerato, era lo que en muchas ocasiones hacía y algún amigo me lo decía, que me mordía en muchas ocasiones el labio y que era algo ya propio mío. Supongo que de la rabia o impotencia inconsciente que tenía mi mente y que se desahogaba de esa manera, no lo sé.

Si algúna vez hago este gesto probablemente sea porque pronto vaya a pasar por un rato de nerviosismo o malestar, porque jamás me muerdo el labio de esa manera por propia voluntad.

Oído sonoro

Al escribir esto y recordar los otros síntomas, es el que más suelo hacerlo hoy en día. Es cuando me empiezo a notar nervioso o inquieto, donde automáticamente, pongo la yema de mi dedo corazón en el trago de mi oido y empiezo a presionar y soltar rápidamente, donde eso produce un sonido un poco desagradable para los demás y parece que me voy a reventar un timpano del ruido que saco, pero de momento ningún problema en los oidos.

A veces si que he tenido épocas de hacerlo mucho y eso me ha causado una especie de picor e incluso me he producido heridas por las veces que lo hacía. Pero de momento, no ha pasado a mayores.

La ida de olla

Un día estando en clase de bachiller, estaba peor de lo normal (que ya es decir) con una sensación de querer que llegase la hora de comer para acabar las clases e irme a casa corriendo a escaparme de ese ambiente social de la clase que no podía soportar. Bien, justo en la última hora tocaba clase de matemáticas.

Yo en mi modo Zombi, no me enteraba de nada y la profesora nos puso ejercicios para hacer y que si no acababmos lo hiceramos en casa como tarea para el siguiente dia. Ese era mi truco, pasar el tiempo en clase como que hacía los ejercicios (empezaba a escribir y a intentar hacerlos pero esque no me enteraba ni lo que estaba haciendo, era una sensación muy rara), para llegar a casa y hacerlos «tranquilamente» (aunque muchas veces ni los hacía porque quería perder el tiempo evadiéndome durmiendo o viendo la tv).

El caso es que una chica de clase y otro amigo dijeron para ponernos juntos y hacerlo entre los tres para así evitar las tareas para casa. Yo totalmente no quería, no me sentía social para nada y el simple hecho de interactuar con una persona me parecía un puto horror, pero como no tenía ni voluntad ni personalidad ni nada, acepté. Además, eran compañeros del año pasado con quienes antes me llevaba muy bien y tenía mucha confianza con ellos, pero con lo del Yoismo y yo sentirme como un loco de quien reirse, no los veía igual. A nadie de hecho.

Pero bueno, empecé a escribir como que estaba haciendo mi parte y los demás me preguntaban que a ver si había hecho algo. A mi cada vez más, me podía la presión, por tener que hacer un ejercicio que en clase me era imposible y porque otra gente estaba esperando mi trabajo. Eso hizo que mi nerviosismo y mi negatividad y mi sien izquierda entraran en ebollucion. No sé qué era aquella sensación, pero que mal, parecía que se me iba a ir la cabeza en cualquier momento y no sé que era capaz de hacer. Me quería largar de allí como sea, cogía la calculadora como para hacer algo, pero esque no era capaz, no sabía ni lo que estaba haciendo, estaba fuera de si, no podía soportar esa maldita sensación… miraba a los números y no me acordaba al rato de ellos, mi concentración estaba de cierre total y eso que estaba con un compañero que el año pasado estaba como si un buen amigo se tratara, pero ahora simplemente me producia estrés y malestar su presencia…

Sea como fuere, acabó la hora, obviamente no hice nada y los demás tampoco porque claro, “estábamos” todo el rato hablando de otras cosas (yo estaba de paso sin poder aportar nada interesante) y llegó el tiempo de clase y me largué con una sensación de despersonalización y viendo todo el entorno como jamás antes lo había vivido. Una sensación super antinatural, super destructivo para uno… estaba sufriendo de alguna manera, como si todo el rato la gente se estuviera metiendo conmigo y yo sentía que no era nada. Vamos como el local pero extrapolado a todo y “normalizando” esa sensación de sentirme atacado por todos.

La familia

Pero…  ¿Y busqué apoyos? Pues bueno, sí y no. Obviamente, yo ya no era el mismo.

En fin, un año entero tardé en comentar esto a mis padres. Pero aquí es algo que me fastidió también. El cómo no te preocupas por tu hijo que tiene 17 años o cómo no le notas el cambio de actitud brusco que ha tenido. Aparte de haberse quedado sin amigos y quedarse todo el día en casa, ¿No ves que a esas edades no es normal? ¿No ves que tu hijo ya no tiene pasión por nada? ¿No ves que ya no cuenta absolutamente nada de sus cosas?

Y bueno, realmente en la familia, no nos hemos contado nunca «los problemas» o lo que nos pasaba entre padres e hijos, puede que por eso aprendí en no buscar apoyo familiar por esa razón y lo interpretaba y lo sigo interpretando como una molestia para los demás y como exponer tus debilidades. Pero ese pasotismo de «mi hijo está en casa y aunque esté como un fantasma, está todo ok» sin realmente preocuparse alarmadamente por mí, es algo que tampoco he entendido. Cuando estaba en la calle sí, ahí sí me decían cuidado y se ponía mi madre nerviosa si tardaba un poco en llegar, pero luego, estaba en casa en modo zombie todos los días, con el ordenador y eso era totalmente normal. Pues tengo una rabia ahí guardada hacia ellos y por la falta de responsabilidad hacia los problemas de sus hijos, a decir verdad. Aunque sus motivos tendrían, está claro que no lo hacían con maldad. Pero el caso es que nunca he contado con ellos realmente para sacar mis problemas sentimentales adelante.

Pero sí que tuvimos alguna charla filosófica sobre el egoísmo y el altruismo, cuando les comenté lo que veía a cada rato en las personas. Quería que me hicieran cambiar de idea, algo que me convenciera de que estaba equivocado y en convencerme de pensar bien sobre las personas otra vez.

Se quedaron sorprendidos con esa nueva filosofía que tenia de ver la vida con ese pensamiento del Yoismo. Pero ellos trazaron un plan para que me hiciera cambiar de opinión. Así que un día estaba en mi cuarto y me llamaron:

“Ander ven a la sala a ver la tele”

Acudí con desgana a la sala (para entonces ya no tenía ilusión por nada) y me dijeron que prestara atención a la tele. Ahí estaba un calvo con gafas con cara de bonachón hablando de los trabajos sociales, de los voluntariados que había hecho por África, de lo que aportó a los niños allí, como él educaba en las escuelas a aquellos niños… y como esa experiencia fue la más enriquecedora de su vida. Yo tras ver un rato a ese tío hablar dije:

-“Qué? Para que me habéis traído aquí?”

-“La pobreza. Habla de la pobreza”

-“¿Y?”

Y aquí empezó en marcha su plan para derrocar a mi pensamiento del YOismo. Mi padre prosiguió:

-“Joder escucha lo que dice! Que ha estado muchos años ayudando a gente que no tenían nada, sacrificando su tiempo, su vida, al que podía estar dedicando tiempo a lo que más le gustaba, incluso su esposa, pero que había otra razón que le empujaba a ir a ese voluntariado y ayudar a los demá que están mucho peor que él, que no podía aguantar tanto sufrimiento y pobreza en otros lugares mientras él vivía bien y que cree que todo el mundo tiene derecho a vivir dignamente.

Además, ha pasado por épocas que mientras ayudaba, tenían un calor extremo, unos guerrilleros secuestraron y mataron a alguno de sus compañeros, se puso muy enfermo a punto de morir… que muchas veces se ha planteado el abandonar y que ganas no le faltaban, pero que aun así él ahí siguió y de hecho sigue, todo por ayudar a los más necesitados. Lo que te quiero decir es que lo que tú dices que todos somos egoístas, aquí tienes un claro ejemplo de que no, de que la gente sí que hace otras muchas cosas por los demás, incluso sacrificándose ellos mismos por la mera satisfacción de ver a otros bien y por nada a cambio, por lo que tu argumento no tiene fundamento!”

Bien, hasta aquí argumentos bastante convincentes, con verdades y hechos reales que convencerían a cualquiera. Incluso a mi antiguo yo. Pero no amigos no, el pensamiento del YOismo estaba bien fijada en mi mente, era mi nueva ideología y siempre había justificación. Así que mi respuesta fue la siguiente:

“Vale, tienes razón de que esa persona haga cosas para mejorar a los demás. Pero… ¿por qué quiere mejorar y ayudar a los demás? Porque así es como ÉL se siente mejor, así es como él cree que debe de hacer las cosas, por lo que llegamos a lo mismo, lo hace porque es mejor para sí mismo. Si no le importara una mierda la otra gente, no lo haría, porque a él, personal y egoístamente a él, no le aportaría nada! Pero en este caso, a este señor el hecho de sentirse realizado, el hecho de ayudar a la gente le hará llenarse de satisfacción y le hará creerse mejor persona o que irá al cielo o yo que sé! Y aunque es verdad que sufra y que muchas ganas haya tenido ganas de dejarlo, no se lo perdonaría o no estaría cómodo con aquella decisión en su consciencia, por lo que volvemos a lo mismo, no lo hace por los demás, sino el hecho de ayudar a los demás es lo que le hace sentir bien a si mismo. Está claro que para nadie hay otro antes que uno mismo, por lo que lo hace primeramente pensando egoístamente en él y el ayudar a los demás es un medio para encontrar esa satisfación, asique los pobres africanos son una herramienta que utiliza para su propio beneficio personal. Por lo que acabamos en el mismo punto siempre!”

-“Pero eres tonto? (era mi padre, que me lo decía cariñosamente por la barbaridad que acababa de decir) Si ha tenido ahí momentos de mucha angustia, que estaba fatal, a punto de dejarlo porque no podía más, pero a pesar de ello ha seguido haciendo el bien a los demás! Que pensando en él mismo ni que leches, que no!“

-“Que no, que no tienes razón! Es como a veces pienso, vosotros me queréis y me cuidáis porque soy vuestro hijo, pero llego a ser la misma persona, pero no soy vuestro hijo y os daría exactamente igual, no tendría ningún valor para vosotros! Como el poco valor que tiene los otros hijos de los demás padres/madres para vosotros, que os importa muy poco y viceversa, pues lo mismo!”

Y bueno, tuvimos una pequeña discusión donde mis padres no se creían que yo pensara de esa manera. En cierta manera los dos decíamos la verdad, no creo que dijéramos cosas totalmente equivocadas ni mentiras, pero al final, cada uno siente y cree las cosas a su manera…

En fin, ellos concluyeron que me vendría muy bien hacer el tipo de cosas que hacía el chico de la tele, voluntariados o ayudar a la gente, que eso me ayudaría a darme cuenta de las cosas buenas que podemos llegar a hacer por los demás, que ver la necesidad que hay en el mundo y colaborar entre todos para construir un mundo mejor, me ayudaría a abrir los ojos. Pero joder no, ese no es el problema, parece que no me han entendido y si vosotros al leer esto pensáis que me vendría bien, tampoco.

¿Ahora entendéis más o menos como me siento con mis 30 años? Al final no puedo estar bien en ninguna situación porque el pensamiento del YOismo justifica cualquier situación para que yo me sienta un don nadie y además con esa etiqueta de loco que no se me va.

Deja un comentario